jueves, 4 de junio de 2009

LA COSECHA

Interesado por bucear en el lenguaje escrito, a ver si algún día consigo algo de valor, aprovecho este artículo para hacer un experimento a ver cómo me pinta: divido el artículo en dos temas que no tienen nada pero nada nada que ver. De hecho, son temas contrapuestos. Es raro y casi nadie lo ha hecho, pero yo voy a aventurarme en esta singladura dialéctica. La primera parte habla de los que pisan y de los que se dejan pisar. Vamos, eso que vemos todos los días en nuestros trabajos, en la calle y en los telediarios. La vida misma. Es un artículo existencial. La segunda parte es la felicitación a un compañero cazador por el reconocimiento que le han dado. Como veis, un tema es el contrapunto del otro pero a ver qué tal queda. Así poco a poco voy aprendiendo a jugar con las herramientas que los buenos escritores utilizan, a ver si algún día me logro parecer a ellos, que para eso se aventura uno a escribir muchos días.

Se me ha ocurrido también poner dos dedicatorias diferentes, una para cada parte del artículo. Dedicatorias que, como el artículo en sí, no tienen nada que ver una con otra. Venga, vamos con ello. Si sale mal, disculpadme, el siguiente artículo a ver si me esfuerzo un poco más.

1ª dedicatoria: A los que no se dejan pisar y, por ello, siguen abajo pero con honradez y dignidad personal.

2ª dedicatoria: A quien dicen que es un gran escritor y cazador y por fin ha conseguido reconocimiento a tan duros años de trabajo.

1ª parte del artículo:

Dice el dicho que unos cardan la lana y otros llevan la fama.

Unos trabajan, y otros viven del trabajo de los demás.

Unos callan y se desenvuelven honradamente, y otros se dedican al trapicheo, al negociete, al paseo por los despachos, a adular, a mamarla...

En todos los ámbitos de la vida pasa igual...una clase media mantiene a los de abajo (desfavorecidos) y a los de arriba (chupópteros, pelotas, colocados a dedo y politiquillos). Alguno hay que llega arriba con mucho esfuerzo sin perder su dignidad, pero no es el caso y total, son cuatro pioneros.

Entre medias hay muchos que, en lugar de esforzarse con su propio mérito, intentan ganar etapas, a costa de todo, claro, no a costa del trabajo.

Hay incluso gente que se apropia del trabajo de los demás, y que se permite hasta comprar (en el mejor de los casos) trabajos que han hecho otros y venderlos como suyos propios. En el trueque compran también el silencio del manufacturero. El dinero, chico, el dinero. Lo que compra el dinero.

Hay pelagatos y tuercebotas en todos los gremios: chavalines que, por regla general, no saben hacer la O con un canuto, pero que suplen esa gran carencia con labia, baboseo, pelotilleo y eso que todos sabemos...Quieren llegar arriba a toda costa, cueste lo que cueste.

Vaya morro le echan al asunto, pero vaya morro. Y, sin embargo, ahí están, en el candelero, sonrientes, recogiendo parabienes, como aquellos soldados que pasaron media guerra en la trinchera mientras avanzaban sus compañeros, pero que recogían sus medallas cuando los otros morían acribillados. Y ellos con el uniforme impecable, limpio de todo barro y de toda sangre.

Esto es como todo: calla ahora, tápame, que yo después te tapo y me callaré. Y para que no te vayas de la lengua con tanto como has tapado, de cuando en cuando te doy unas palmaditas en la espalda, un premiecillo, alguna coseja. Aupémonos en la cucaña, que entre varios es más fácil. Entras en la camarilla, pero para entrar, tienes que pasar por la gatera. Pagas el precio, rebajas tu dignidad (te la comes con patatas, vamos), te tragas tu honrilla (si es que alguna vez la tuviste) y después ya verás cómo te va en la vida, muchacho.

Cervecitas por aquí, gambitas por allá, dorada de píldora, hablar con dobles palabras, decir lo contrario de lo que se piensa cuando es conveniente, puñaladas por la espalda...en fin, el “Paso de buey, bocado de lobo y hacerse el bobo” en el que algunos son tan expertos...y...voilà, ya está. Situado socialmente, ubicado en el grupito...te llaman, te adulan...Empiezas por fin a recoger frutos, a cosechar, después de tantos años de barbecho y de poner piedras en las parcelas de los demás para romperle el peine a sus cosechadoras, llega la siega y aumenta la parva en la era tuya tras tanto baboseo y de tragarte tu dignidad en las noches solitarias de llanto y rechinar de dientes.

Te lo mereces, chico. Te mereces un premio, un carguito o un sueldecín...Olvídate de lo que tuviste que hacer, de lo que tuviste que comprar para decir que era tuyo...olvídate de aquellas conversaciones por teléfono. Nada, nada: ahora se abre ante ti un mundo de oportunidades. Y además tienes derecho a empezar a pisar. Puedes servirte ahora (que estás un poquito más arriba) de los que tienes por debajo para ofrecerles subir también a ellos y que ellos te aúpen. Moldéalos como te moldearon a ti. Hazles besar el barro, tragarse su propia conciencia...hazles sentirse tan vacíos como tú. Eres el “number one” el “wisa” y tienes que meter a los nuevos reclutas en la taquilla para molerlos a patadas, como ha sido siempre. Coge tu toalla, muchacho, y envuelve la pastilla de jabón para despertarlos de golpe en plena noche a porrazo limpio...vamos, la costumbre del cuartel. Ha llegado la hora de que te desquites. Quién sabe, quizás te animes por fin a hacer los primeros pinitos con algún parrafillo corto propio, vete a saber...Quizás algún día escribas tus propios discursos...

Esto es un mundillo pequeño, hombre, enseguida se nota el que está arriba y el que está abajo. Tú ya te lo has currado un poco, tienes derecho a empezar a disfrutar.

¿Y del tema en el que dicen que eres un experto?...Pues de eso, ni puta idea. Ni falta que hace, claro. Otros ya hicieron el trabajo sucio por el muchacho, y otros plasmaron lo que debía haber plasmado él. Si esto es como todo, hombre. Para ser Ministro, no hacer falta entender de la materia: te rodeas de gente que entienda, ¿no?. Algunas veces, en sus reuniones obligadas para hacerse hueco en este mundillo, tuvo la desagradable sensación de estar haciendo algo que no le gustaba, pero era necesario comportarse como un machote para introducir el pico en el gallinero y hacerse pronto una composición de lugar de quienes eran los que picaban a los demás y quienes los pollos desplumados que siempre andan por las esquinas...(claro, esto no lo comprenderá quien no haya visto un gallinero en su vida, pero bueno, es un símil literario).

2ª parte del artículo:

Bueno, que no estoy hablando de lo que quiero hablar, que se me va la cabeza a otras cosas totalmente diferentes. Vamos con otra cosa, cambiemos de tercio e, incluso, de toro: el contrapunto a lo que contaba: frente a los que chupan del trabajo de los demás, están los que suben alto a base de esfuerzo propio (o, eso, al menos, es lo que dicen).

Escribo aquí esto que voy a poner porque acabo de leerlo y quiero dar mi pequeño homenaje a un compañero cazador (de profesión creo que asesor contable o similar) que los que le conocen dicen que escribe muy bien de caza, se supone porque también ha cazado (claro, si no, no le habrían dado un premio de eso, ¿no?).

Pongo abajo la referencia y vaya por delante mi felicitación por el encumbramiento de alguien que empezó desde bien bien abajo.

Un fuerte saludo, hombre:

PREMIO PERIODÍSTICO DE LA RFEC A RAFAEL LURUEÑA DELGADO, con una amplia trayectoria profesional de promoción de la caza y de sus valores en diversas publicaciones especializadas, con múltiples artículos y entrevistas publicados en los que ha difundido también toda la actividad federativa. Ha sabido poner en marcha con enorme éxito una página web que en materia cinegética es uno de los referentes de este país.

Nota importante: Por razones que se me escapan, se me han cambiado las fotografías de sitio y no encuentro la manera de colocarlas correctamente, no sé qué diablillo informático se ha metido en mi blog que no puedo ponerlas cada una en su lugar: a ver, lógicamente la del trofeo va donde pone lo del premio de Rafael Lurueña, y la de la ladilla asquerosa esa va donde habla de los trepas y chupópteros, arriba. Pido disculpas por la mala imagen y por este trueque informático totalmente involuntario achacable exclusivamente a mi torpeza periodística. Esto de los códigos HTML es un lío que no veas.

Nota 2: Texto propiedad del autor. Prohibida su reproducción total o parcial sin su consentimiento escrito.